lunes, 14 de enero de 2013

Capadocia. Ciudades Subterráneas



Entre los siglos VII y XII, debido a su situación geográfica, entre Oriente y Occidente, esta región sufrió numerosas invasiones de pueblos extranjeros. Los pueblos de Capadocia, construyeron auténticas ciudades subterráneas para guarecerse de los ataques árabes de otros pueblos.





Las más importantes son Kaymakli y Derinkuyu, aunque hay más de diez e ellas. Derinkuyu tiene más de 1.200 patios divididos en trece plantas subterráneas en las que podían refugiarse hasta diez mil personas.

Estas fortalezas se cerraban con unas puertas de piedra excavadas en la misma roca parecida a la de los molinos, un excelente sistema de defensa. Las chimeneas de ventilación se podían respirar sin ningún problema hasta en las últimas plantas de las ciudades.







Kaymakli, situada a unos veinte kilómetros de Nevsehir, fue abierta al público en 1946. Está situada justo debajo de una colina conocida como “ciudadela de Kaymakli”. No se sabe a ciencia cierta quién la construyó, pero sí que fue entre los siglos VI y X. Aunque no está totalmente excavada, se sabe que tiene una profundidad máxima de cuarenta y cinco metros divididos en ocho niveles, con un total de dos mil quinientos metros cuadrados.

Entre las distintas estancias, hay establos, una iglesia, una capilla con una nave y dos ábsides con algunos restos de pintura, dos cuevas sepulcrales, lagares, grandes salas comunes, sala de reuniones y pequeñas habitaciones posiblemente para las familias.







Derinkuyu, a veintinueve Kilómetros de Nevsehir se encuentra la antigua “elengübü”. Por las tumbas que rodean la ciudad subterránea sabemos, que esta ciudad fue habitada entorno al siglo VII lo que la convierte en la más antigua. La toba, fácilmente excavable, facilitó su construcción. Tiene entre dieciocho y veinte plantas y unos cuarenta metros de profundidad.

Conserva un establo con los abrevaderos para el ganado, un lagar para hacer el vino, un arco de cañón que debió utilizarse como iglesia y decenas de habitaciones comunicadas unas con otras de una forma laberíntica. En ellas se ven los fuegos, los almacenes y los agujeros que servían de estantería. En la tercera planta están situados los depósitos para la alimentación y en la cuarta planta las viviendas. En algunas de ellas se pueden ver los huecos que había para las lámparas de aceite. También hay una cripta, pozos de agua, despensas, algunos estudios dicen que aquí cabrían hasta cien mil personas. Aunque hay una enorme Iglesia y varias salas de reuniones, no han quedado restos de pintura.



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