Mevlana Celaleddin Rumi fue un importantísimo poeta
turco que nació el 30 de septiembre de 1207 d.C., en lo que actualmente
es territorio perteneciente a Afganistán. Su ideología se sostenía en el amor, considerado por él como lo único necesario para alcanzar a Dios. En su honor surgieron los denominados “Derviches giróvagos” (o“Mevlevíes”), una orden fundada por los discípulos del gran “Mawlana” (una de las tantas maneras de las que se llamaba al místico, que se traduce al español como“Nuestro Señor”). A partir de la magnitud de su figura, nace el imponente Mausoleo de Mevlana, construido por Sinan,
uno de los arquitectos otomanos más destacados de la historia. Hoy, el
convento sobresale entre los principales atractivos turísticos del país,
al punto que se calcula que recibe más de dos millones de visitantes
por año.
La imagen de Rumi (significa “originario de la Anatolia romana”), en Konya,
se repite en cada sitio: publicidades, tiendas de recuerdos, bares y
cafés, restaurantes, etcétera. Incluso, hace poco tiempo, fue inaugurado
un auditorio municipal con su nombre. “Sé como el río en generosidad y ayuda” y “Sé como el mar en tolerancia” eran
dos de las frases de cabecera de este hombre que trascendió ampliamente
las barreras que a veces establecen cuestiones como las nacionalidades,
las religiones o las etnias. Tal es así que, en el presente, sus poemas se leen en países de habla persa como Irán, Afganistán y Tayikistán, al tiempo que muchos de ellos han sido adaptados a varios idiomas en todo el mundo.
Situado en la ciudad de Konya, en la región de Anatolia, el Mausoleo de Mevlana se halla junto a la Mezquita del Sultán Selim II (erigida posteriormente) y permite adentrarse en la majestuosa obra de Sinan. Asimismo, el museo brinda la posibilidad de conocer y observar un sinfín de historias y objetos sumamente interesantes como alfombras
de gran estimación artística, diversos instrumentos de música sacra, el
poema épico místico, el principal manuscrito, vestimentas de los Derviches, tapices y otros elementos relativos a la religión.
Desde el exterior, el Mausoleo de Mevlana reluce por su peculiar cúpula turquesa,
la cual inevitablemente genera la atención de los turistas y conduce a
una fotografía obligada (quedará mucho mejor en un día de sol).
Nuevamente en su interior y en un dato que merodea entre lo curioso y lo
simpático, existe un sector en el que se exhiben las barbas del poeta y
sus seguidores se acercan para olerlas.
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