El área histórica de Cappadocia no
se queda atrás, con un despliegue de paisajes que muchos no dudarían
encontrar en la luna: formaciones rocosas propias de un cuento de hadas,
ciudades que podrían ser la escenografía de una película de fantasía y
casas talladas en la roca como si se tratara de un cuento…
Cappadocia se encuentra en la región central de la península de Anatolia, en Turquía. En un área de unos cincuenta kilómetros de diámetro los paisajes, con infinidad de valles, cañones, colinas y algunas de las más extrañas formaciones rocosas del planeta, sorprenden por sus formas caprichosas, y únicas en el planeta.
Cappadocia comprende un paisaje modelado por miles de años por las lluvias y los vientos. Pero a causa de la composición del terreno, un depósito de lava entre montañas volcánicas cuya actividad está extinta desde hace unos 2 millones de año, dieron como resultado una formación geológica única en el mundo.
Los paisajes de Cappadocia se asemejan a “postales lunares” gracias a la composición de la tierra, llamada toba calcárea, una sustancia lo suficientemente débil como para ser modelada con formas caprichosas por la erosión natural y por el hombre.
A lo largo de millones de años las cadenas montañosas se elevaron formando numerosos barrancos, cañones y depresiones que terminaron niveladas para formar un altiplano. Lo curioso, es que la composición del suelo, de un material tan poco resistente, terminó siendo modelado a su antojo por la lluvia y el viento hasta formar los famosos valles de Cappadocia, con sus curiosas formas.
Cappadocia se encuentra en la región central de la península de Anatolia, en Turquía. En un área de unos cincuenta kilómetros de diámetro los paisajes, con infinidad de valles, cañones, colinas y algunas de las más extrañas formaciones rocosas del planeta, sorprenden por sus formas caprichosas, y únicas en el planeta.
Cappadocia comprende un paisaje modelado por miles de años por las lluvias y los vientos. Pero a causa de la composición del terreno, un depósito de lava entre montañas volcánicas cuya actividad está extinta desde hace unos 2 millones de año, dieron como resultado una formación geológica única en el mundo.
Los paisajes de Cappadocia se asemejan a “postales lunares” gracias a la composición de la tierra, llamada toba calcárea, una sustancia lo suficientemente débil como para ser modelada con formas caprichosas por la erosión natural y por el hombre.
A lo largo de millones de años las cadenas montañosas se elevaron formando numerosos barrancos, cañones y depresiones que terminaron niveladas para formar un altiplano. Lo curioso, es que la composición del suelo, de un material tan poco resistente, terminó siendo modelado a su antojo por la lluvia y el viento hasta formar los famosos valles de Cappadocia, con sus curiosas formas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario