Si algo puede
caracterizar al pueblo turco, quienes provenían de Asia Central y se instalaron
en Turquía actual después de la batalla librada en el norte de Lago Van cerca
al monte Ararat entre el Imperio Bizantino y los Selyúcidas, liderado por
Alparslan en el año 1071 A.D., es su procedencia de una variada mezcla a lo
largo de siglos de razas, culturas y religiones.
Probablemente ésta sea la razón de su tolerancia a lo largo de la Historia, con las creencias o los modos de vida ajenos al suyo, conviviendo pacíficamente con “el otro” sin perder por ello su propia identidad. Generalmente Turquía tiene gentes amables que sonríen continuamente, sin embargo, hay una condición indispensable para mantener la cordialidad con ellos, y es el profundo respeto por su religión y por sus costumbres, que no son otras que las que rigen a cualquier país islámico.
Probablemente ésta sea la razón de su tolerancia a lo largo de la Historia, con las creencias o los modos de vida ajenos al suyo, conviviendo pacíficamente con “el otro” sin perder por ello su propia identidad. Generalmente Turquía tiene gentes amables que sonríen continuamente, sin embargo, hay una condición indispensable para mantener la cordialidad con ellos, y es el profundo respeto por su religión y por sus costumbres, que no son otras que las que rigen a cualquier país islámico.
Si se respetan las normas no se tendrá ningún problema ya que además los turcos son gente muy comunicativa, abierta y hospitalaria.
A la hora de establecer una relación es importante no tener prisa, no ir directamente al grano, saludar cortésmente y preguntar por la familia antes de cualquier otra cuestión.
A los turcos y otras gentes de Turquía les gustan los prolegómenos para crear un ambiente acogedor y agradable en el que cimentar una relación. No olvide que para saludar basta con un firme apretón de manos y una sonrisa sincera.
En las ciudades no tendrá problemas para entenderse ya que muchos hablan diferentes idiomas como el inglés, francés, español, italiano incluso el japonés. Guardan escrupulosamente las normas de urbanidad y esperan que el visitante haga lo mismo.
Si desea que su viaje sea enriquecedor, deberá tener en cuenta diferentes normas de conducta, especialmente en lo referente al respeto por las ceremonias religiosas. Si pretende visitar una mezquita procure hacerlo en horas que no estén destinadas a la oración y recuerde dejar los zapatos fuera, así como vestir adecuadamente: no llevar pantalones cortos, camisetas sin mangas o escotes pronunciados.
Hasta la fecha del mes julio 2009, no se podía fumar en cines, teatros ni en los transportes públicos. Desde la entrada en vigor de la prohibición total de fumar, como en España, desde ese mes julio 2009, ya no se puede fumar en ningún espacio cerrado público.
Para fotografiar a las personas hay que tener en cuenta el lugar en el que se encuentra uno mismo. Si se trata de ciudades, es conveniente pedir permiso. Con seguridad ellos accederán gustosos a ser fotografiados. En cambio, en las zonas rurales es aconsejable, antes de tomar fotografías, entablar conversación.
Respete también las prohibiciones dentro de los edificios, sobre todo, si son religiosos (generalmente se indica con carteles la prohibición de hacer fotografías o tomar imágenes en vídeo).
La familia es quizá la institución con más fuerza de la República Turca. El pueblo de Turquía mantiene una sólida relación con los miembros del núcleo familiar en cualquier grado, padres, madres, hijos, tíos, sobrinos, primos y abuelos. Los ancianos son venerados y suelen ser la cabeza de familia, mientras que los niños disfrutan de una gran libertad aunque a la vez son los miembros más protegidos.
La igualdad entre hombres y mujeres está asegurada legalmente por la Constitución. Ambos sexos pueden votar (las mujeres desde 1927), trabajar en cualquier oficio, estudiar cualquier carrera, divertirse en lugares públicos y, en definitiva, participar en cualquier aspecto de la vida tanto política, económica y social.
Recuerden! en Turquía,
hay que quitarse los zapatos antes de entrar en las casas. Con esta medida
dejamos fuera toda la suciedad que hayamos cogido por la calle en las suelas de
nuestros zapatos y conservamos la casa mucho más limpia.
Fotografía.- Españoles en Turquía
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